LAS VOCES DEL TIEMPO (II)
SOBRE EL TIEMPO Y LOS SUEÑOS
Mariela Kalinova Jelezova
El tiempo, la conciencia y los sueños forman la trinidad del misterio humano. Estos tres conceptos se entretejen entre sí creando un puente entre la psicología y la física cuántica desde lo que Jung denominó “inconsciente colectivo” hasta la llamada “singularidad”.
Nuestra experiencia consciente de tiempo se divide en pasado, presente y futuro. Esta triada se ha representado a lo largo de la historia en diversas mitologías en forma de la infancia, madurez y senectud. Los griegos las representan como las moiras, los romanos como las parcas y en las leyendas nórdicas tenemos a “las nornas”, que tejen el destino.
Las nornas viven cuidando y regando el árbol de la vida Yggdrasil, que conecta a todos los mundos. La más vieja de ellas, Urð, siempre mira detrás del hombro y guarda los secretos de la memoria. Verðandi es la diosa del presente y madre de todo; es la cuidadora de los pensamientos y representa el movimiento y la continuidad. Skuld, la más pequeña, representa el futuro; permanece envuelta en ropajes (dado que no somos capaces de ver lo que vendrá), sostiene en sus manos un pergamino con los secretos del porvenir y es la que cuida las premoniciones.
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La predicción de eventos existe en las leyendas de todos los países y muy probablemente todos nosotros hayamos experimentado por lo menos una a lo largo de nuestra vida. Sin embargo, siempre acabamos por reducirlas a una pequeña anécdota. Si en verdad se puede predecir el futuro, entonces nuestro concepto de tiempo tiene que ser algo diferente de lo que experimentamos de forma consciente.
La mayoría de las predicciones llegan como información a través de los sueños que después codificamos. Jung propone que la conciencia es individual, pero que el inconsciente tiene información colectiva. Tal vez esa sea una manera en la que información que no podríamos poseer individualmente llega a una mente en forma de imágenes a través de los sueños. Dado que este tema siempre me ha fascinado, si algún lector tiene alguna experiencia de sueños premonitorios sería interesante que comente al respecto.
En Bulgaria vivía una adivina muy famosa a la que llamaban Baba Vanga (abuela Vanga). Ella quedó ciega desde muy pequeña, pero a cambio empezó a predecir cosas que en efecto ocurrían. Era tal su certeza y fama que políticos, famosos y gente común hacían filas frente a su casa para poder consultarla. Ella decía que en realidad varias voces le decían las respuestas a las preguntas. Sin duda, más de uno dirá que entonces era más bien locura.
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En todo caso, todo vidente lleva consigo una maldición como Casandra, que en la mitología griega fue dotada del don de la premonición pero también maldecida con que nadie le crea. Casandra fue la que predijo que el caballo de Troya era una trampa, pero nadie creyó en sus palabras, dando lugar a la caída de la cuidad.
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Casandra
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Les recomiendo ver uno de mis cortometrajes favoritos llamado “La ciega Vaysha”, que trata de una chica que tiene una maldición parecida: con un ojo siempre ve el pasado y con el otro el futuro, pero es incapaz de ver el presente.
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En una de las consultas a Baba Vanga, un periodista le preguntó qué era el tiempo y ella respondió: “¿Cuál de todos los tiempos?” Y tal vez en la pregunta se encuentra la respuesta de que el tiempo no es aquello que miramos en un reloj sino un concepto mucho más complejo.
Mi filósofo favorito del tiempo, Julius Thomas Fraser, plantea que existen diferentes percepciones de tiempo a diferentes niveles de conciencia. Vamos desde el tiempo más “externo” hasta el más “interno”, por así decirlo.
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Primero está el tiempo “sociotemporal”, que se mide o expresa como nuestras convenciones sociales sobre el tiempo: relojes, calendarios, diferentes métodos de medición que la humanidad ha inventado para medir procesos sociales.
Le sigue el “nootemporal”, que describe la experiencia personal de pasado, presente y futuro psicológicamente. Es decir, desde la perspectiva de nuestra mente cada evento puede tener diferente duración mental, por así decirlo, independientemente del tiempo externo. Cada individuo posee además una orientación temporal diferente: las personas viejas tienden a pensar más en el pasado a través de añoranza, los adultos jóvenes suelen proyectar más en futuro pensando en acciones que deben de ser realizadas o son deseadas, los niños y jóvenes en cambio suelen tener una conciencia más en el presente y por lo mismo no piensan mucho en las consecuencias de sus acciones.
Continúa el “biotemporal”, que describe la duración de ciclos vitales, ya sea una vida entera, un latido o la duración de cualquier proceso en el organismo. Muchas veces nos encontramos diciendo que alguien tiene un metabolismo rápido o lento, donde tomamos de referencia los ciclos internos en vez de un tiempo que podamos medir.
Le sigue el “eotemporal” (o tiempo mecánico), en el que sólo somos observadores de objetos externos y su comportamiento en el vacío. Este podría considerarse el tiempo de Newton y de la mecánica clásica en el que podemos predecir cómo se va a comportar un objeto con respecto a otro en el tiempo. Es un tiempo lineal en el que no se puede retroceder y en el que el observador de ese tiempo no influye en su causalidad.
Finalmente llegamos a los tiempos más interesantes: el “prototemporal” y el “atemporal”, donde la causalidad del tiempo que conocemos se empieza a perder. El prototemporal es aquel donde las moléculas (aunque aún existe la sucesión de eventos) empiezan a no ser totalmente predecibles sino a ser probabilísticas, como podemos ver en la física cuántica. En el atemporal, como su nombre lo indica, el tiempo deja de ser causal y ya no se corresponde con nuestras ideas de pasado, presente y futuro, sino que podríamos decir que para las partículas subatómicas viajar al pasado es posible, dado que para ellas el tiempo no existe. Todas se coordinan o interaccionan simultáneamente en los diferentes puntos espacio-temporales. Ahí surgen las ideas de entrelazamiento cuántico, singularidad y otros conceptos.
Si este tema les interesa, seguramente les gustará mucho el podcast The Art of Living, creado por una querida amiga, y el capítulo sobre el entrelazamiento cuántico:
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Finalmente, si alguien vio la serie de Loki (sin querer dar spoilers), podríamos pensar que la TVA o Time Variance Authority se encuentra justamente en un tiempo atemporal, donde viajar a otros puntos en el tiempo es posible. Y a pesar de que tal vez todos estos conceptos de tiempo sean bastantes enredados de explicar o entender, también nos hagan ver por qué en la serie la TVA finalmente hará un guiño velado a los orígenes mitológicos del tiempo en el árbol de la vida y las nornas (Pasado, Presente y Futuro) que lo riegan.
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Mariela Kalinova Jelezova
Soy búlgara y mexicana. Vivo desde hace 5 años en Portugal.
Estudié Química e hice un Master en Bioquímica.
Actualmente hago otro Master en Literatura, cultura y arte contemporáneos.
Escribo cuentos cortos, pinto y hago esculturas.
Me interesan los cuentos de ciencia ficción e infantiles, la poesía, el misticismo, la filosofía, la precognición, la sociología y el comportamiento animal.
Estoy segura de que me olvido de algo.
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