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EXHUMA

la belleza de lo maldito y profano

Israel Yerena

 

Si hay algo que el cine de terror proveniente de Asia nos ha enseñado es que no hay nadie como ellos para contar historias sobrenaturales. Fantasmas, maldiciones, espectros, conjuros; lo que sea, simple y sencillamente son los mejores. Y lo vuelven a demostrar con la inquietante Exhuma (2024), del director Jang Jae-hyun y protagonizada por el maravilloso Choi Min-sik (Oldboy, 2003).

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Dos desenterradores, contratados por una adinerada familia, investigan el turbio pasado de una tumba y su misterioso habitante para liberar a los descendientes de su maldición. Sus investigaciones y procesos de exorcismo sólo revelarán secretos oscuros y malditos.

Increíble película de terror como ya varias nos ha entregado el continente asiático e igual de efectiva y aterradora como casi todas ellas. Un filme cargado de una atmósfera sobrenatural de inicio a fin. Un producto tan repleto de rituales, maleficios y espectros que, al terminar, uno se sorprende de salir de la sala de cine sin una maldición encima.

Con un elenco espectacular encabezado por la leyenda Choi Min-sik, la película es un cúmulo de personajes y personalidades con la gracia suficiente para empatizar con todos, pero también para sufrir con el destino de cada uno. Y aunque el cast se lleva las palmas, no es, por otro lado, lo que más hay que destacar.

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Como dijimos antes, Exhuma es un filme que retrata de forma extraordinaria una historia que, de un lado de la balanza, tiene fantasmas, demonios y posesiones; del otro, rituales, oraciones, exorcismos y de más. “El mal contra el mal”, escribió una vez un tal William P. Blatty.

Una obra que amarán los más acérrimos a lo sobrenatural. Es una película cuyo suspenso no suelta al espectador en ningún momento. A través de escenarios maravillosos, pero también malsanos, se nos introduce a una historia y ambientación que exuda presencias malignas por cada poro. La cumbre, sin duda, son los procesos ritualísticos de los que se nos hace testigos, casi partícipes.

Y aunque quizá sus más de dos horas pudieron recortarse un poco (pero sólo un poco), ni uno solo de sus minutos tiene desperdicio.

¿La verán? ¿O es que tienen miedo de salir malditos?

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Carlos Israel Yerena Cruz

Amante de los temas tabúes, lo retorcido y lo bizarro, desde muy temprana edad -cuando apenas era un pequeño Ghoul– encontró en el género de terror un refugió en el cual depositar y liberar todos aquellos deseos perversos que crecen hasta en la mente más pura. Sin importar la vertiente, ya sea literaria o cinematográfica, el horror es un género que lo ha sumergido en un mundo que le ha enseñado que, a veces, la belleza más extrema se encuentra en las obras más grotescas.

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